Sueño.
El sueño transcurre en una casa que cuando entro un tipo me dice “Mirala bien. Es una copia de tu casa de la infancia que a la vez replica los peores miedos que viviste ahí”
No logro entender qué es lo que me pasa en cada cuarto. Ah porque los miedos están separados en cuartos. O las escenas están separadas en cuartos, bah.
Pero todo pasa simultáneamente.
O sea, hay varias yo.
Estoy yo mirando y están todas esas yo sufriendo. Retorcidas en el piso, cada una recordando lo que le sucedió en la habitación correspondiente.
Pero esas yo simultaneas están representadas por varias Naty Franz.
Me despierto.
El padecimiento es total.
Lo hormonal sumado a lo que tengo que cursar sumado a lo que tengo que entregar sumado al sálvese quien pueda que está siendo el laburo y la reforma.
Sumado a mi hermana.
Cada vez que mi hermana irrumpe, la escena familiar deja de ser una de Urdapilleta y Tortonese y pasa a ser un drama de Isat de fines de los 90s.
Sórdido y apocalíptico.
Estoy trabada, no puedo escribir. Ni dibujar.
Quiero bocetar la del vértigo y no puedo.
Todo pega vueltas, la escucho 14 veces seguidas a ver si me sale dibujar el vértigo y las vueltas.
Nada.
Tiesa un rato en la cama mirando los autos que pasan por Santa Fe.
Abro Instagram y le likeo una story a un ex pibe.
A un ex señor. Estamos todos viejos. Una foto con su nueva chica.
La nueva tiene cara de buena.
La ex tenía cara de mala.
Lo puse en el Oráculo.
Abro notas de Adolescentes a los 40 y leo “En la escena de que todo da vueltas meter que pierdo en el hijo del de la pizzería”
PIERDO EN EL HIJO DEL DE LA PIZZERIA? Qué verga quise decir?!
Este teléfono escribe cualquier cosa.
O fui yo y perdí algo en el hijo del de la pizzería?
No detallé cómo seguía lo del hijo del de la pizzería pero me lo acuerdo perfecto.
Lo que no me acuerdo es lo de la pérdida.
Freud y Lacan los dos juntos y aplaudiendo. Ah re.
Camarones y Sanabria. Ahora tampoco me acuerdo el nombre de la pizzería que se sigue llamando igual.
Mi hermana me deliró años con la escena como si yo hubiera hecho algo.
NO HICE NADA PELOTUDA. FUE ÉL QUE VINO, ME DIO UN BESO Y SE FUE.
En el cachete.
Qué asco.
“Ay se confundió con la primita porque sos igual” dijo el padre.
Repaso en la mente la escena: Vino, me dio un beso y se fue.
QUÉ ME DAS UN BESO, PELOTUDO?
Mi madre apoyó la teoría del padre.
NO VES LOS ANTEOJOS QUE TIENE? NO VE UN CARAJO.
Lo vi durante muchos años y después ya no lo ví más.
Pero tipo 2008 estaba en la parada de la esquina y lo vi venir con una piba y un cochecito.
La piba era María Marta Casino, compañera de secundario.
Todo me resultó bizarro, porque María Marta era considerada insurrecta para las monjas medio puta para nosotras (con parámetros de 1990) y la echaron-repitió o la echaron-se fue a fin de 1ero así que no la vi más.
Qué flash el match entre el hijo del de la pizzería todo torpe y confundiéndome con la primita (sí, puff) y María Marta insurrecta para las monjas, medio puta para nosotras, pero medio puta significaba GENIA ABSOLUTA TE RESPETO HERMANA TENÉS DATA QUE NOSOTRAS AUN NO MANEJAMOS DEJANOS SER TU AMIGA.
María Marta trajo al grupo el término “Bancá” no puedo entender cómo tuvo un hijo con el hijo del de la pizzería.