El lugar en el que no sos

 




Qué obsesión la muerte.

Estás en la no existencia. Luego existís y luego volvés a la no existencia.

Es una ridiculez porque si no existís es que no sos y si no sos no estás en ningún lado.

Supongo.

Pero se me representan como lugares: el lugar en el que sos y el lugar en el que no sos.

Pero si no sos, ¿cómo sabés que no sos?

El paso del tiempo me sorprende como cuando me viene.

Siento LA CONCHA DE TU MADRE cada vez que verifico la llegada del tiempo.

Cuando cumplí 6 pensé NO LO PUEDO CREER TENGO 6 SOY RE GRANDE y ahora lo único que puedo pensar es que estoy a 5 de los 50.

Y a 15 de los 60.

Y no lo soporto. 

Siento que se acerca el meteorito de Don't look up.

Está ahí llegando

Los Normales - 8. Se queda desarmado entre el piso y la pared.

 





8. Se queda desarmado entre el piso y la pared. 


5 de Marzo. 

Miércoles. 

Estoy en la oficina y me suena el teléfono. El jefe.

“Reunión querida. En mi oficina”

Entro y veo a Humberto. 

Ayyyyyy. 

Se me hace un nudo en el estómago. Se me seca la garganta instantáneamente.

Qué raro. No presentí nada de esto.

Digo un “Hola” general y me siento. Somos 8 entre mi jefe, Humberto y el resto.

“Fer,  como les decía a todos, surgió la posibilidad de reflotar el proyecto del Sur. Probablemente viajemos, eso lo veremos, pero lo vamos a ver seguramente de forma remota con Humberto y Agustina por eso están acá. Vamos a laburar asociados. Así que vos Fer te contactás con ellos y manejás toda la comunicación”

La puta madre que me parió. No puedo poner ninguna cara rara y asiento todo con sonrisa.


La reunión dura 40 minutos en los que se habla del proyecto y vuelvo al escritorio. ¿Qué onda volver a trabajar con Humberto pero en esta nueva ‘relación’? 

La libido se le va a bajar porque me va a ver más seguido. Eso nunca conviene. 


Me llega una notificación. 

Mail de Humberto con un PDF de 50 páginas.

Le mando unas preguntas pero quiero que quede claro que le estoy preguntando por el laburo. No lo estoy mensajeando por algo afectivo.

No me responde el mail. Me responde por watsapp.

Usualmente odiaría que me respondan algo laboral por watsapp pero a Humberto le permito todo. Vení pisame. Empujame. Yo feliz.

“Que hacés querida. Estoy con Agustina. Juntémonos todos y te explico bien”

Me pasa la dirección de su oficina.


Viernes. Me baño. 

No estoy depilada. Mejor así no me tiento. 


Llego. Humberto me abre la puerta y nos saludamos con buena onda.

“¿Cómo andás?”

“Bien ¿vos?” 

“Bien” 

Entramos al ascensor. Le hablo de la humedad. Me duele un poco la muela y se lo comento. Nada, amigos, calculo.

Entramos a la oficina, cierra y veo que le da una vuelta de llave a la puerta.

“No llegó Agustina todavía, arranquemos nosotros ¿Cómo anduviste?” lo dice sonriendo. 

“Bien, tranqui” 

“Qué lindo día es hoy ¿no?” Hay una humedad fatal se lo acabo de decir. No entiendo cómo le parece lindo día.


La oficina está casi vacía. No hay sillón ni nada que haga de recepción. Sólo hay un escritorio largo con computadoras. Nada más. 

Mejor que no haya comodidad para coger. La libido en el laburo. De hecho creo que hasta no tengo nada de ganas de coger y hoy ni siquiera entiendo por qué la gente coge. Podría vivir sin coger.


“Vayamos viendo la data”

“Dale genial” 

No nos miramos. Le hablo y miro para la compu. Va a estar todo bien. Incluso tal vez tengamos que viajar juntos en algún momento. Pero como amigos. 

Aparte en este momento tengo la sensación de que no me gusta más. 

Bah me gusta pero no me lo quiero coger más. 

Me gusta pero para contemplarlo como si me gustara un actor o mi primo que me gusta pero no puedo cogérmelo entonces le observo la belleza de lejos. 

Qué fuerte que está. 

En realidad sí me gusta y sí me lo quiero coger pero creo que él ya no gusta de mí. Tal vez no pasa nada más. Tal vez se terminó la vez pasada y ahora solo somos personas con buena onda. 

“Bueno igual hay que esperar que descargue esto. Mientras esperamos podemos” de golpe viene hacia para mí. Me corro para dejarlo pasar porque pienso que va a ir al baño pero no. No sigue caminando. Se queda ahí conmigo. 

Me está abrazando. Me está dando besos en el cuello. Ay no me di ni cuenta ¿En qué momento pasó esto?

“No no no no pará pará pará”

Me pongo tensa 

¿POR QUÉ CARAJO NO ME DEPILÉ? 

“Dale boludo en serio pará. Me siento mal. Me tiene que venir” 

Me sigue dando besos en el cuello pero ahora ya un poco más intenso. 

Me corre la remera y me da besos en el hombro. 

Me toca el culo por arriba del pantalón. 

Me mete manos por todos lados y yo estoy desconectada del cuerpo. 

No siento nada. 

Odio a mi mente.

“Pará en serio laburemos”

“Bueno pero hay que esperar que descargue el archivo. Dale vení nena”

“No, no pará. Me duelen las tetas. Me tiene que venir”

“Bueno a ver dejame que pruebe” Me mete la mano en las tetas.

“Dale boludo pará en serioooo EN SERIO TE DIGO HUMBERTO” 

Intento ponerme firme pero soy malísima y Humberto es un ninfómano que no se puede aguantar. Debe ver a una mina y se le debe activar la ninfomanía. 

Se debe coger a toda la ciudad.


Seguimos chapando y chupándonos la boca pornográficamente y me doy cuenta de que de repente se bajó los pantalones.

“Dale vení” 

“No boludo en serio ¿siempre hay que hacer lo que vos querés?”

“Bueno la última vez hicimos lo que vos quisiste” 

Intento recordar la última vez pero así con él chupándome el cuello y tocándome por todos lados no puedo. Tengo la sensación de que yo le dije que no cogiéramos pero al final cogimos. NO HICIMOS LO QUE YO QUISE. 

Le quiero echar en cara la vez anterior pero ya puso mi mano en su pito.

 Estoy con cara de culo y le toco el pito enojada como si él fuera un novio y hubiéramos discutido. 

“Nena qué bien te sale incluso enojada”

Ay qué bronca que tengo conmigo. Soy una sumisa de mierda. Me doblega. Me gusta tanto que me dice un halago chiquito y ya me tiene regalada.

Le toco el pito enojada conmigo. 

Qué mierda. Cómo me gusta. No sé qué voy a hacer. No tengo pensado permitirme que me guste mucho. Sólo me tiene que gustar un poco y nada más. No flashear. Algo pasajero es lo más sano.


Chapamos violento y me quiero desvestir pero no voy a dar el brazo a torcer y solo sigo tocándole el pito.

Humberto se pone más porno 

“Sos la mejor. Cómo me calentás. Qué bien que lo hacés”

 Ya no le digo nada. Estoy caliente y no me depilé. 

SOY LA MÁS PELOTUDA DEL MUNDO.

Vuelve a hacer un último intento de bajarme la ropa y le digo “No en serio, dale” 

“Cómo me calentás boluda” No entiendo cómo con todas las minas que seguro se coge Humberto está acá diciéndome que soy la mejor ¿A cuántas le dirá que es la mejor? Bueno igual ¿qué te importa si se lo dice a diez o a una? Te lo está diciendo a vos. Punto. Creele. Si se lo dice a mil no es que pierde valor. Es lo que siente en este momento y cuando está con cada una de las mil sentirá que esa es la mejor. 

Una por día se coge. Tal vez menos. Tres o cuatro por semana. Todas distintas. En el mes estará con ocho o diez. O más. Ay me estoy calentando. 

Estamos en una posición rarísima en el suelo. Él en pito con el pantalón bajo. Yo con la ropa puesta sentada en el piso. Él encima. 

Creo que me estoy clavando la punta del zócalo porque estamos en un ángulo extrañísimo.

“Dale nena dejame” 

“No, no basta. Podés pero arriba de la ropa” 

Todo porno soft porque no cogemos-cogemos. Sólo le estoy tocando el pito y él me está tocando arriba del pantalón. 

Adolescentes.

Estamos así unos minutos más y de golpe acaba. 

Se queda desarmado entre el piso y la pared. Agitado

Ay estoy re caliente ahora. Quiero coger. 

Siempre tardo en caer que me calienta.

Boludo cojamos. Vayamos a una cama. Vayamos a un hotel ya.

Me quedo muda. Se levanta y lo sigo. 

“Sos forro eh” 

Mudo. 

“¿Cómo podes ser tan pendejo con la edad que tenés eh?”

Lo reto pero sin enojo porque estoy caliente.

“Bueno las cosas tienen su principio y tienen su final”

¡¿Cómo!? Me pongo loca. 

¿Cómo FINAL? ¿Final de qué? ¿Querés que terminemos esto? Forro. 

“No bueno pero pará ¿por qué terminar hoy?”

“No, no bueno. Te entendí que vos ya no querías más hacer ESTO” 

“No, no. Bueno justo HOY no quería, no es que no quiero. Hoy me siento mal.”


Se queda mudo. Me mira. 

Ya sé. Re ambigua. No me entiende. 

Nos quedamos mudos. Lo miro 

“¿Y si otro día tengo ganas de hacer ESTO?” 

“Bueno será cuestión de charlarlo conmigo” Ay qué canchero.


Me meto en el baño. Cierro la puerta y me miro en el espejo.

¿Qué te pasa con este pibe estúpida? 

Nada. Me calienta. Punto. Me calienta y no puedo entender cómo no llego al orgasmo. Es como un castigo de dios. ¿Y si nunca más me curo esta traba que tengo con él porque me pone nerviosa? 

De golpe se me viene del cielo la imagen de mi amigo Gustavo. 

Gustavo y su novia. 

Gustavo revisándole el celular a su novia y su novia contándole a sus amigas que iba a ir a encarar a una minita que descubrió que Gustavo se cogió. 

Salgo del baño y ni lo pienso 

“Mi amigo Gustavo le revisó el teléfono a su novia y descubrió que sabe que él cogió con otras. La novia va a encarar a una de las pibas. Me da miedo” 

“Bueno pero ¿qué tiene que ver? Esa gente será pelotuda conmigo ESO no pasa”

“No, ya sé pero qué sé yo. No puedo dejar de pensar en ESO”

“Bueno pero ESO no tiene nada que ver con ESTO. Además nena yo soy RE FIEL” 

Ah bueno.

AH BUENO. ESTAMOS TODOS LOCOS. 

El nivel de negación que tiene este señor. 

“JAAAA SE SE PFFFFFF” 


No lo quiero bardear mucho porque me acuerdo de todas mis amigas diciéndome que no es gracioso cuando me pongo en irónica que disfraza agresión con humor.

¡Pero este chabón me está cargando haciéndose el fiel!

Me mira enojado 

“Mirá nena ESTO que pasa acá pasa solamente con vos”

ES UNA PIÑA EN EL ESTÓMAGO ESTO. 

Pero esas piñas de mentira que pegás, explota algo y salen corazones de colores.

No sé qué hacer. No me sale sonreír ni festejar ni darle un abrazo.

Me quedo todos estos segundos muda. Tensa. 

Cojamos ya. Casémonos. 

Romanticismo Grey’s Anatomy de nuevo me da. 

Horrible.

¿Qué mierda es lo que tengo con él?

¿Es como en esas películas en las que los personajes no hablan y no pasa nada en apariencia pero por lo bajo pasa DE TODO?

No me sale preguntarle qué se supone que somos.

Me queda cómodo no hablar. Ser fría. No me quiero enamorar. Quererlo lo quiero obvio. Lo aprecio ponele. Pero no sería nunca su novia. No podría enamorarme de él. Es muy forro.

Bueno no sería nunca su novia pero porque ya tiene novia. Y encima la embarazó y se casó. Igual no soy su estilo de mina. 

AY DIOS MÍO ME ENCANTA.


Se descarga toda la data en el rígido y me lo muestra. 

Pasamos de eso que nos dijimos a esto de estar mirando archivos de Excel con cien mil casilleros de colores. 

Se me acerca a la compu se me pone al lado, abre los archivos y me caliento. 

“Ahora me quedé caliente boludo” le digo bajito porque me da vergüenza lo de recién. Se sonríe.

Nada más. 

Él es el que indica cuándo esto arranca y cuándo esto termina. 

Quiero llevármelo a un hotel y tener dos horas de sexo violento pero ya pasó el momento. Lo perdí. Como siempre con Humberto. Me la paso perdiendo los buenos momentos y después me la paso reflexionando sobre por qué me los pierdo.


Estamos con cuatro archivos abiertos y de golpe entra Agustina. 

Nos saludamos y se incorpora a la reunión. 


Pasa una hora y caen dos empleados más. Charlamos. 

Pasan dos horas y de repente nos volvemos a quedar solos. 

Está bajando el sol. Entra un rayito desde la ventana y le pega en los ojos. 

Estamos hablando de fechas, de posibles reuniones y de avances del proyecto y de golpe hacemos contacto visual. 

No sé por qué me lo quedo mirando. 

Le miro los ojos que están más celestes porque le pega el rayito de sol. 

Se me cruza en la mente lo que me dijo hace un rato y me sonrío.

Me mira y se sonríe. 

AY DIOS. ES UN RE MOMENTO DE PELÍCULA ESTO ¿O YO ESTOY FLASHEANDO?

“¿Qué?” me dice

“No nada”

Es la primera vez desde que empezó todo esto que nos miramos a los ojos sosteniendo la mirada por más de medio segundo.


Termina la reunión. Agarro las cosas para irme y lo despido con un beso en la cara. Casi en la oreja. Acá no pasa nada. Aunque lo llamaría más tarde para cenar y después coger. No lo voy a llamar pero si me dieran ganas de llamarlo no podría. Me tengo que autocensurar porque seguro se malflashea. 

Fóbico. 

No, no es tan fóbico. Está esperando un hijo. Los fóbicos no tienen hijos. Aparte mientras yo no quiera hablar del tema ‘¿Qué es ESTO que hacemos?’ Humberto no va a malflashear. 

Esas estrategias siempre salen al revés. 

Te dicen no te enamores y te enamorás. Porque el inconsciente anula el NO. Decime ‘enamorate’ y ahí sí seguro no me enamoro. 

Bueno pará igual no dijo ‘No te enamores’ 

Ay estoy mezclando recuerdos de otra  gente.


Los Normales - 6. No es que tengamos que coger sí o sí






 6. No es que tengamos que coger sí o sí  


3 de febrero. 

Es lunes. Miro el instagram de Humberto y no hay ninguna actualización. 

Lo nuevo que publicó son un par de fotos de bolsas de basura rotas. Miro el de su novia. Ecografías y fotos de ropa de bebés.

Salgo a almorzar. 

Me siento en un bar en una mesa alejada de toda la fauna del laburo y abro watsapp. Siento que está por escribirme. 

Necesito que me escriba. 

Leo Humberto en mis contactos y le digo con la mente ESCRIBIME. ESCRIBIME. ESCRIBIME. 

Martes. Hoy no hay una mierda para hacer el en trabajo. 

Vino la mitad de la gente por el paro de subte. 

Bajo a la máquina de café por cuarta vez en el día.

Subo y escucho el celular. 

¡Ay! Mensaje de Humberto.  

“Ey ¿cómo venís hoy?” 

No sé está bien esto. 

“Puedo estar a las 6 por tu casa”

“Mejor en la oficina de mi amigo ¿te acordás dirección?”

“Sí. Te aviso cuando llego”

No debería coger estoy ovulando. No quiero enloquecer con los riesgos. 

Le voy a decir que nos podemos tocar pero que no quiero coger-coger. Ni aunque usemos forro. Le voy a decir que estoy indispuesta y listo.


Hace 40º de sensación térmica.

Llego. 

“Estoy” 

Me responde al toque “Bajo”


Hoy quiero que seamos más normales. 

En lo sexual y en lo humano.


Subimos. 

En la oficina no hay nadie, solo el aire acondicionado a 17º qué alegría

Dice “Vamos al balcón” y salimos a fumar. 

Estoy nerviosa y me pongo a hablar estupideces. Humberto no emite sonido. Mudo. Me da paranoia de estar aburriéndolo y me callo de golpe. 

Prendo un cigarrillo y me saco las sandalias.

Entramos al living. Nos sentamos y pongo un pie en la mesita fingiendo comodidad. 

No estoy cómoda. Siento que la pollera me hace rollo y que transpiré viniendo para acá. 

Estamos en silencio. Tengo pensamientos que me atraviesan la cabeza como un rayo desde el cielo. Digo desde el cielo porque siento que vienen DEL MÁS ALLÁ

¿Qué nos pasa? ¿Qué es esta relación que no es relación?

No me mira. 

Pone música y se me sienta al lado. 

Me agarra de la cintura y me tira encima suyo.

Siempre que me agarra me caliento y me congelo al mismo tiempo. ¿Será como estar viva y muerta simultáneamente, en ese estado que dicen que entrás cuando ves el túnel de luz blanca? 

Estoy en pleno flash de ser los médicos de Grey’s Anatomy en el ascensor, pero se corta el clima al toque porque deja de chaparme y se pone un forro.

“No, no. No cojamos” Se sonríe y me dice “¿Sabés cómo te voy a garchar no?”

Me calienta y al mismo tiempo me angustia. Me va a violar.

“No. No. Dale”

Se saca el forro, lo revolea y se me tira encima. 

Chapamos efusivos un minuto y se pone otro forro. 

Ay estamos cogiendo. 

Le dije que no.

ME dije que no. 

¿Qué me pasa? ¿Por qué quiero coger y no coger al mismo tiempo?

Nos separamos y cambiamos de posición pero no sé qué pasa que no se puede. 

Siento como si algo impidiera que cojamos.

¿Pero qué? ¡¿Una patología sexual?!

Quiero buscarlo en Yahoo respuestas. Algo me está pasando. 

Me da miedo y como es imposible coger lo empujo para sacármelo de encima. 

Bruta. 

Trato de tocarme a ver qué es lo que está sucediendo pero no entiendo nada. 

TENGO MIEDO MIRÁ SI ESTOY MURIENDO. 

Flasheo que Humberto me lastimó. 

Flasheo que se me generó una bola adentro que impide la entrada de cualquier cosa. ¿BOLA adentro? Simbolismo. EM-BA-RA-ZO. No no no no no. 

La puta madre. No puedo seguir cogiendo así. Quiero irme. Quiero irme ya pero llevármelo conmigo. Ay estoy confundida. No, no quiero irme pero quiero parar de coger y chaparmelo mucho. Y que estemos en el ascensor entre Neurocirugía y Guardia. No tendría que haber visto Grey’s Anatomy hoy.

No es normal que Humberto me desquicie tanto y al mismo tiempo no lograr coger como gente normal. 

No sé qué está haciendo él porque perdí la concentración. 

Dios.

Me quedo en trance unos minutos hasta que le presto atención y asumo que no solo yo estoy afectada. 

A él se le bajó la libido. La libido y el pito.


Estamos los dos desnudos acostados uno al lado del otro sin poder coger.

Tal vez no le gusto qué sé yo. Y mi cuerpo se manifiesta reaccionando con la bola adentro. Igual si no le gusto no entiendo para qué seguimos con esta relación. 

"Relajemos boludo. No es que tengamos que coger sí o sí"
Termino de decir eso y se me tira encima. 


Cogemos en silencio. 

No sé cómo descifrar esto. Ya sé que no es una relación pero algo siento hay acá. ¿O es sólo coger? Sí. Es sólo coger ya sé. Pero por qué o para qué estamos cogiendAy acaba. Sin esperarme. Igual no estaba ni cerca. Estaba acá pensando esto. Pero podría haber preguntado.


Ay dios esta vez es la peor. Pensé que la peor había sido la anterior. 

Qué desconexión. Quiero llorar. 

Humberto se para y murmura algo que no le entiendo pero entre las tres o cuatro palabras dice “linda”.  

¿Que soy linda? ¿Que estoy linda? Me da igual porque lo dice por obligación. 

Me acaba de garchar. Algo tiene que decir. 

Me quedo desnuda acostada en el sillón. Él se levanta y se viste.

Le digo “Ya me visto eh” muy a la defensiva por sus ‘Vestite’ anteriores.

Me paro, me visto rápido y voy al baño. Hago pis con miedo a que me duela por la bola que creo que tengo adentro. No. No me duele nada.

Me miro en el espejo y lloro.

Drama. Drama de novela. Angustia. 

Me lavo la cara y salgo.


Me ofrece coca light y no registra que lloré. 

Agarro el vaso y salimos al balcón de nuevo a fumar. 

No decimos absolutamente nada sobre lo que acaba de pasar. Ni chiste ni risita. Nada. No cogimos. Si alguien nos mira ahora no se da cuenta de que recién estuvimos pasándonos la lengua por todos lados.


Pasan veinte minutos de charla de boludeces y mientras está anocheciendo. 

Parece que no está apurado.

“Bueno me voy yendo” le digo.

“Dale yo salgo con vos ¿te acerco con el taxi a algún lado?”

“Dale” 

Amigos somos. Ex compañeros de trabajo.

Para un taxi y nos subimos los dos. Hablamos como si fuera normal viajar en taxi juntos. Llegamos a la esquina de Scalabrini y me dice “Bancame que bajo a ver si está una gente con la que me tengo que juntar, sino están, te dejo con el taxi en tu casa y después sigo camino a otro lado” 

¡¿Adónde vas Humberto?! 

¿Con quién se va a juntar en ese bar? OBVIO QUE CON OTRA MINA.

Baja y le digo al taxista que espere. Pasan 20 segundos y vuelve. Abre la puerta y me da un billete. Lo agarro sin mirar si es de $100 ó $200 o más. Ojalá sea de $500

Me agarra la nuca y me asusto flasheando que me va a encajar un beso en la boca.

Me da un beso en la cara y me dice “Gran velada hoy”

¿Sí? ¿Gran velada le parece? Si lo de hoy fue una mierda. 

Me está diciendo eso por compromiso.

Le digo “Pse” pero no escucha porque cierra la puerta y se va.

Sigo por Scalabrini y le digo que frene en la esquina. Pago con el billete que me dio Humberto y veo que es de $500. Me guardo el vuelto y bajo. 

Camino hasta la parada pensando en todo lo de recién y flasheo amor.

No amor-amor pero ‘amor’. No amor sano. Amor falopa. 

Le escribo esto a Vir y me responde: “Jaaaa boluda ¿¡Cómo lo voy a amar?! Estás caliente nomás”

No lo amo. No me pasa nada con él. Ni siquiera lo quiero. Todo esto es una pelotudez. Es algo chiquitito. Es venir y coger con un ex compañero de trabajo. Eso es todo. 

Me pongo los auriculares con la playlist de Norah Jones y lloro.