Ordené la casa. No. No ordené la casa.







Olga grita.

Le digo “Vení dale sh”

En Antimaternity puse esa escena de la gata gritando y ella (yo?) pidiendo por favor silencio. No se si el lector entendió lo importante que es el sonido para mi. 

La ausencia de sonido.

Una vez mi padre dijo que me había quedado oído de tísica, refiriéndose a que eso era por la tuberculosis. No lo gugleé ni le debatí nada. Lo acepté como verdad absoluta como tantas cosas que dijo. Qué desastre aceptar cosas que dicen los padres teniendo no se, 30 y pico, edad de ser abuela. No bueno ahí abuela no. Ahora sí tengo edad de ser abuela. Mi tía fue abuela a los 42 así que 45 es edad de ser abuela.

Fogwill dice en un texto “El mundo, entonces, se me representaba como el inmenso retrato de mi fracaso” RE SIIIIIIIIIII

Ordené la casa. No. No ordené la casa. Quiero ordenar la casa. Ordené el cuartito nada más y lo único que hice fue tirar cajas y bolsas vacías. Fin. Pero me di cuenta del nivel de acumulación de objetos que hay en una casa. No sé si UNA casa. ESTA casa. Y  me recuerda un poco a mi casa de la infancia pero en la casa de la infancia eramos 4 personas. 

Mientras ordenaba quería estar escribiendo pero no paré porque si paraba no iba a terminar de ordenar al menos ese cuartito con el que me obsesioné. Ahora que paré de ordenar me olvidé de la mitad de las cosas que quería escribir.

Pongo un video de una chica que cuenta que le dio depresión post parto y que no quería a su hijo cuando nació y me da una desesperación pensar que la piba no pudo volver el tiempo atrás.

Y pienso en una pareja que tiene un hijo y me angustia. Desesperación. No salida.

Capaz hable de esto en la feria del libro de Rosario, en septiembre.

Me tengo que dormir. Voy a dibujar gente durmiendo a ver si me duermo yo.