Un tatuaje de una silla de plástico







Nos sentamos a comer y Mariana nos grita “BOLUDOSSSSSSSSSSSSS VAYAMOS DESPUÉS A ESTA FIESTA QUE NOS INVITA MI AMIGA DE NUEVASHOR DALE NO SEAN VIEJOS DE MIERDA VAYAMOS VAYAMOS VAYAMOS VAYAMOS VAYAMOS”

Guille me mira y en su mirada entiendo que se quiere pegar un tiro.

Llega la mesera y Mariana le pregunta toda la carta.

No estoy para salir y por la cara que me puso Guille es obvio que tampoco, pero agarro el teléfono y veo que Marian ya pasó la dirección al chat de todo el grupo.

Salimos y Mariana para un taxi.

En el viaje nos cuenta que la amiga de NUEVASHOR le avisó que la fiesta se llama Fiesta Tinder porque el pibe que organiza invita a todas las minas de Tinder con las que salió en el año; y que además repite esta fiesta todos los años.

Guille le dice: “Pero boluda, no entiendo. Re poca gente va a haber si van solo las chicas con las que el pibe salió por Tinder”

Mariana nos explica un poco más sobre la fiesta. Va mucha gente de muchos lugares pero tiene esa rareza de lo de las pibas de Tinder. No se le entiende mucho porque está demasiado exaltada y Guille y yo estamos demasiado deprimidos.

Llegamos y hago un escaneo rápido. Toda gente de 20 y 30.

Mariana grita porque se encontró con alguien,

Dios. No soporto a la gente joven hoy.

Mariana nos presenta a una chica que a su vez está con todo un grupito de hialurónicas.

Guille me codea y sé que el codazo debe ser por su obsesión con los rellenos en caras de gente joven.

Tenemos toda una cadena de mails con fotos sobre esa temática. El nivel de incorrección política que manejamos con Guille me da alegría porque creo que con ningún amigo soy tan llibremente hija de puta. Y siempre con el verso de que nos va a servir para algún guión.

No soporto el trap que suena o LO QUE SEA que sea que suena y como Mariana se pierde entre las hialurónicas me siento en un banquito.

La impunidad de la vejez.

Guille me avisa que se va a buscar algo para tomar y cuando avanza se choca a Mariana que ya está medio en pedo.

Mariana le grita: “Boludooooooooo escucha esto!!!” pero ahí dejo de entender qué le cuenta porque la música está cada vez más fuerte y yo estoy cada vez más vieja. 

Agarro el teléfono y me pongo a ver mensajes viejos en el chat conmigo misma. 

Doy play a un audio que me automandé el otro día y soy yo llorando y caminando por la calle.

Vuelve Mariana y me grita: “Boludaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa te presento ella es Agus!!”

No puedo disimular mi cara de culo. No sé para qué vine.

Esta Agus está totalmente borracha, o algo.

Grita: “Amigaaa no me da bola. Cero responsabilidad emocional. Encima cuando llegué en un momento me dijo ‘No quiero estar más acá parado con vos porque no paras de hablar. Tenés problemas de verborragia graves, me voy’ ¿¡COMO ME VA A DECIR ESO AMIGAAAA?!” 

Mariana le dice: “Nooo ¿y que le dijiste?”

Y la chica grita: “¡Y lo obligué a coger!” 

La miro a Mariana y Mariana me mira. 

La chica sigue: “Escuchame fui a coger ¿cómo se va a echar atrás asi? Pero bueno, cogimos así nomás recién en el baño, no hicimos lo de siempre. Mirá”

La chica se levanta la remera y tiene marcas en el cuerpo.

Me asusto un poco.

Esto ya es un circo. Debería estar escribiendo todo lo que está pasando porque es material para novela

Yo estoy muda mirando a la chica y Mariana le dice: “¡Ay no! ¿¿¿Qué te paso???”

La chica dice: “Esto es de ayer. Cogí con un amigo que le gusta lo mismo que a mí: que me empujen a los changuitos de supermercado” 

Saco el teléfono y empiezo a escribir todo esto.

Mariana se ríe.

Se acerca un grupito de 20ñeros con dos de las hialurónicas bailando y Mariana y esta tal Agus se ponen a bailar con ellos.

Guille se perdió no entiendo.

De repente uno de los 20ñeros dice “¡¡Mira lo que me tatuó ayer ella!!”

Se levanta la remera y tiene un tatuaje de una silla de plástico. 

Todos gritan y festejan el tatuaje.

“Es hermosoooooo”

“Naaaaaaaaa boluda te zarpas”

Me levanto del banquito, la agarro a Mariana y empiezo a caminar.

“Marian necesito irme, me va a dar algo”

Lo veo a Guille que está parado con cara de aburrido con un vaso y tiene gente atrás saltando.

Marian me suelta y se pone a bailar con otra gente que saluda.

De repente me vibra el teléfono.

Ernesto: “Ey nena ¿cómo venís ahora como para vernos?”

LA PUTA MADRE.