LOS NORMALES - 10. SOS UN VIOLENTO





 10. SOS UN VIOLENTO   


27 de Abril. Casa de Roberto. 

Cogemos.

“Boluda quedate a dormir, dale”

Quedarse a dormir en la casa de un ex me dijeque era perjudicial.

“Pero mirá que mañana amanezco a las 6”

“Por eso, son las 2 es al pedo que te vayas, vas a dormir menos si te vas”

Mmmm bue. 


Salgo del baño y de la nada Roberto dice: “¿Quién es Humberto?”

Me lo quedo mirando y ahí me doy cuenta de que tiene mi celular en la mano.

“¿Qué hacés con mi celular nene? No es nadie”

No me lo da y tiene cara de culo.

“Boludo dame el celular ¿por qué me lo agarrás, qué te pasa?

Me tiro encima y se lo quiero sacar pero se resiste.

Luchamos un poco y flasheo que va a pegarme.

“SOS UN VIOLENTO Roberto” le grito y sigue resistiéndose.

“¡¿Qué es esto?!” me grita y me muestra la pantalla con el Whatsapp abierto en el chat con Sole.

Definitivamente no puede ser un chongo esporádico este pelotudo. 

¡¿¡¿Qué flashea que somos novios de nuevo?!?! ¡¿Y encima me revista el celular?!


En la pantalla hay un mensaje mío a Sole contándole todo el detalle de la última cita con Humberto. Justo en el momento en que le describo el pito.

“¡¿Nene pero qué te metés?! Le estaba contando una cosa de Vero”

Siento fuego en el pecho. No entiendo por qué ¡porque no somos más novios!

LA PUTA MADRE.

“¿Te cogiste a un pibe en estas semanas? ¿Quién es ‘Humberto’ y por qué le ponés comillas? ¿Cómo se llama? ¿Quién es?”

No le respondo. Le niego todo. 

Aunque no sea mi novio no quiero blanquearle nada porque no tiene derecho. 

Soy la más pelotuda del planeta ¿¿¿cómo se me ocurre chonguear con un ex??? 

No con un ex CON ESTE PELOTUDO.

Roberto grita. 

Si me quedo sin chongo le voy a tirar toda mi ansiedad a Humberto y la voy a terminar cagando.

Igual, esto ya no funcionaba más. 

“Ya fue Roberto este reclamo es CUALQUIERA”

Llora. 

“Pará boludo…”

“Te amo boluda… por qué no intentamos volver… “

Se sienta y me agarra.

“Fer, dale…”

Lo empujo.

“No seas boludo. Creés que me amás, pero no me amás”

La puta madre quién me mandó a flashear que podía coger livianamente ¡¿Justo con él!


Pasan 3 semanas sin verlo a Humberto. 

Hablo por teléfono todos los días con el socio y sólo dos veces con él, pero por temas laborales. Nada más. Nada personal. Nada. 

Leo notas de sexualidad en perfiles de instagram de sexología. “Los 5 tips para gozar con tu cuerpa” 

Todas mierdas escriben. 

¿Cómo puede ser que nunca llegué al orgasmo con este pibe si me vuelve loca y con Roberto sí? 

TODO AL REVÉS ME SALE.

¿Tendré un problema mental? ¿Tendré que contarlo en terapia? 

Me da paja hacer terapia sobre esto. 

La psicóloga me va a preguntar por qué sigo cogiendo con Humberto si nunca llego y va a decir pelotudeces del simbolismo de la palabra acabar.


Le mando un mensaje a Humberto: “¿Cómo venís hoy?”

Me responde al toque: “Bien. Venite tipo ocho”


Nos re entendemos. No hace falta aclararle que el asunto no es laboral. 

Es telepatía esto. 

O como si estuviésemos en la película Avatar, que se hablaban con la mente, y todos formaban un único organismo cósmico. 

Igual si nos habláramos con la mente, mínimo deberíamos acabar juntos, como organismo cósmico que somos.


Hoy siento que estoy decidida. 

Quiero decirle que vayamos a un hotel y que nos quedemos un rato largo. 

Coger pero acabar, porque no acepto otra cosa hoy. 

Necesito curarme. Y esto se cura cogiendo y teniendo un orgasmo con Humberto. 

Y coger a lo loco pero con tranquilidad, porque me parece que mis tiempos son más lentos y me dan verdaderas ganas de coger después. 

Justo cuando me voy. 

Cuando acaba todo. Ahí tenés el simbolismo, Freud.


Llego.

No nos miramos, no nos hablamos, nada. 

En el ascensor pienso en avanzarlo yo, encajarle un beso, algo. 

No hago nada.

Salimos del ascensor, entramos a la oficina. Hablamos de laburo, me cuenta que se reunió hasta recién, me habla de deadlines pero de golpe se me tira encima. 

No me lo veo venir, pero le sigo el beso. 

Me quiere sacar la ropa, me sube la remera me baja el pantalón me quiere besar la panza. 

Todo a la velocidad de la luz.

Me calienta, pero me molesta la diferencia de estados. 

Yo estoy fría y él está muy caliente.

Trato de imponerme y le digo que frene un poco, que vayamos más despacio.

No veo otra forma de llegar que no sea siendo un poco más suaves. 

La otra opción sería callar la mente y conectar con lo que estoy haciendo, pero no es algo realista.

Agarra los forros y le digo “No please bancá un poco”

Quiero estar toda la noche revolcándome sin coger, tener 4 horas de chapar.

“Me re calentás. Dale un toque y después hacemos lo que quieras” 

Es que lo que yo quiero es que esperes un poco, querido.

Me acuesta en el piso en culo porque ya me bajó las medias, la pollera y la bombacha. 

Luché al pedo, como siempre. 

Humberto me inhibe el carácter.

Ya estamos cogiendo.

Sobreadaptada de nuevo. 

Quiero manejar el ritmo yo. Pero voy a 10 km/h y este pibe va a 260 km/h

Necesito llegar hoy. 

Cerebro te pido por favor que hagas algo para que esto funcione. 

Como no sé en qué pensar para llegar, pienso en que estoy cogiendo con Humberto. 

Con esa imagen obviamente entro en clima y siento que me falta poco, pero de golpe se me va.

Lo perdí. 

Necesito cambiar de posición. Capaz es eso, boluda, la posición.

Le digo que quiero ir arriba y me hace hacer un paso coreográfico ridículo para no cortar la situación.

Hace frío. El piso está helado. Me duelen las rodillas.


Pasan 2 minutos más de esto y nada. 

NADA. NADA. NADA. 

No sé si soy yo, no sé si es él. 

No sé si es mamá en mi cabeza diciendo María Fernanda meté panza, no sé si es que me viene un flash de su novia.

Capaz estoy enferma.


Me lo chapo porque me calienta más chapar que estar haciendo esta porno sacados y de golpe me hace salir de esta posición. 

Me empuja hacia el piso y me clavo su zapato en mi espalda. 

Ay la puta madre. Me lo clavé mal. 

Me duele.

La espalda. Las piernas. 

Me parece que me está doliendo coger. 

Para mí, necesitamos ir a un hotel, o a un sillón ¿no hay un puto sillón por acá?

No soporto más el piso frío.

Y Humberto está re caliente me parece, porque todo lo que voy haciendo, lo hace murmurar pornográficamente. 


Dios. Esto parece el capítulo de Sex in the City en el que Samantha no puede llegar y coge 4 horas seguidas, sólo que en este caso es como si todos los capítulos Samantha tuviera ese problema. 

Qué depresión.


De repente le digo “Si querés, terminá que después termino yo” 

Mentira.

Apenas le doy la indicación, acaba.

Se levanta, se viste rápido y me resulta re obvio que quiere que me vaya.

Me levanto, me visto rápido y me enculo. 

¿Cómo puede ser? ¿Soy pelotuda? ‘Cojo al pedo! ¡¿Qué es esto!?

Humberto me mira y me dice: “Estás linda eh” 

Seco, sin sonrisa, nada, ni un mimo.

Me violenta.

Necesito hablar con él. Reclamarle. Que sea mi novio dos minutos.

Le digo “Che, quiero hablar un toque con vos”

“El tema es que estoy re complicado de tiempo tendría que rajar”

Le insisto “Son dos minutos”

Lo odio, le quiero hacer un planteo.

Bajamos y en el ascensor le suena el teléfono. 

Vibro en el pecho que es la mujer.

Llegamos a la puerta y corta.

Le digo “Acompañame a tomarme un taxi que así hablamos mientras caminamos”

Lo odio y me odio a mí también. 

Cogí al pedo de nuevo. 

Regalé freepass de concha. 

La concha de tu hermana Humberto.


Llegamos a la esquina y hay un odio en el aire que no se aguanta, así que le digo: “Che todo bien, andá”

“No, no, todo bien dale”

Me salta la térmica y le grito: “No, no, ‘todo bien dale’ no nene” y Humberto me hace señas de ‘bajá la voz’

NO QUIERO BAJAR LA VOZ, HUMBERTO quiero coger ¡vayamos a coger de nuevo!

Caminamos en silencio y ya no sé qué estamos haciendo. 

“Che en serio, andá”

“Boluda pero me dijiste que querés hablar conmigo”

AY NO LO SOPORRRRRRRRRRRTO. 

Le quiero pegar o chapármelo pero aplastándolo contra una pared así lo lastimo y se clava algún clavo oxidado. Y le da tétanos. Y termina en la guardia. Algo.

BOLUDA NO HABLES. ANDATE. YA MISMO. NO LE INTERESA SABER QUÉ TENÉS PARA DECIRLE Y ADEMÁS NO SABÉS QUÉ QUERÉS DECIRLE

“Estoy enculada. Quiero acabar. Es patético esto que me está pasando”

Me toca el hombro y me dice: “Bueno boluda, relajate, ya vas a llegar, estas cosas necesitan tiempo”

REALMENTE VOY A PEGARLE.

“NO QUIERO ESPERAR, ESTOY ENROSCADA, NO SE QUÉ HACER”

“Bueno a veces la fantasía es mejor que la realidad”

¿SI LE PEGO Y DIGO QUE FUE EN DEFENSA PROPIA PORQUE ME ESTABA AMENAZANDO?

“No. No es eso. Capaz estoy enferma”

“Mirá, igual, yo te veo bastante suelta eh, estás linda, sexy, estás muy bien eh”

Me quedo muda. 

Necesito ir a un ring y pegarle profesionalmente. Pero no boxeo, el otro, el que vale todo.


Llegamos a la esquina y me dice: “Vayamos con calma”

No entiendo. “¿Qué sería ir con calma?”

Se frena, me agarra la cara, me da un beso en el cachete y me dice en el oído:

“Estoy comprometido, linda”

¿¿¿¿¿¿¿¿QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ????????

¿QUIÉN TE CREES QUE SOSSSSSSSS???

Quiero sacar la navaja que tengo en el bolso, clavársela en el corazón, sacárselo del cuerpo y revolearlo al medio de la calle.

Lo quiero matar. LO VOY A MATAR. 

¡¿¡¿QUIÉN CARAJO SOS HUMBERTO?!?!


De repente lo miro a los ojos y caigo.

¡CLARO! ¡ES OBVIO! ¡ES OBVIO QUE LA MUJER YA PARIÓ A SU HIJO! 

Dios mío ¿cómo no me va a contar ese detalle?

¿Cambiará pañales? Qué asco.

Le debe chupar todo un huevo, si es un robot. 

No tiene alma. 


Se separa de mi oído y me dice: “Mandame los archivos, dale”

“Un sicario te voy a mandar”


Me tomo un taxi y mensajeo a Vero: “Boluda, me duele mucho la espalda ¿qué era la espalda en esas frases que buscás vos?”

Vero me contesta al toque “¿Lado izquierdo o derecho? ¿Dónde estás?”

“Lado izquierdo”

Llego. Pago y bajo.


Entro a casa y me contesta: “Espalda, lado izquierdo: Culpa por sexualidad”


Pasan 4 días. 

Decido contarlo en terapia. 

La psicóloga me explica que si no dejo liberada la libido me puede hacer mal.

“Queda la libido estancada y te trae múltiples inconvenientes”

¿CUÁLES?

“Ok ¿y qué hago?”

“Y mirá, una opción es buscar otro chongo. Con Roberto era obvio que no te iba a funcionar. No te gustó nunca Fernanda. Te irritaba siendo la novia. Siendo ex irrita mucho más la gente”

“Sí ya sé, pero acababa seguro” 

“Bueno ese es el problema que tenés que trabajar más justamente”

“¿LO SEGURO?”

“No, no. O sí, bah. Tu necesidad de querer controlar todo. Eso te hace repetir el trauma y con la repetición del trauma ya sabés: Perpetuás la fobia”

“Yo no tengo fobia si lo quiero ver todos los días a Humberto”

“Y ese compañero tuyo con el que tenían tensión sexual ¿Juan Cruz se llamaba?”

“Sí, sí, pero ya no viene más a la oficina y aparte está de novio”

“Bueno, pero qué importa eso”

AH BUENO ES UN LIBERTINAJE ESTO.


Salgo de terapia y mensajeo a Juan Cruz. 

“¿Cómo andás?”

“Bien ¿vos en qué andas?”

Dos o tres mensajes más y me dice “Boluda pasate un día y almorzamos juntos”

“Dale, un día salgo antes y paso, estamos al toque”

“Dale, ponele este lunes puedo”

TIENE QUE GUSTARME YA OTRO así puedo tener una relación más relajada con Humberto.