20 de Mayo
Pasan 3 semanas
en las que hablo mucho con el socio de Humberto por el laburo pero nada con
Humberto. Está bien así, no puedo verlo tan seguido porque no podría manejarlo.
Hay que enfriarse.
Intento ubicar a
Juan Cruz, pero se me escapa. Le escribo 3 veces. Una por semana.
“Paso mañana por
tu casa ¿estás?”
Nada.
“Che boludo
¿querés que pase el sábado? Confirmame si estás”
Nada.
“¿Bobo estás
para que pase mañana? Llevo vino”
Nada.
Me clava el
visto.
Igual me resbala
quedar patológica con él.
¿Lo llamo a
Roberto?
No. Dije que
no.
No se puede caer
más en la de cogerse al ex, sobre todo si el ex es este forro.
Mando mensaje al
chat con Vero y Sole: “Boludas ¿qué hago? ¿Lo llamo a Roberto? Me dieron ganas
qué se yo”
Vero me responde
al toque “No sé, es un tema re personal Fer, qué se yo, por un lado por algo es
tu ex, pero por otro uno tiene que ser honesto con lo que le va sucediendo
emocionalmente”
Ay Vero jugátela
con un consejo directo.
Sole ni lo vio.
La pudrí seguro.
Le mando otro
mensaje pero directo a Vero: “Dale boluda ¡¿¡¿¡¿qué carajo hago?!?!?!”
“Ay linda no sé,
no sé, qué se yo ¿vos que querés hacer? No sé, no quiero meterme. Pero
recordemos que te revisó el celular. No está bueno eso”
Le mando mensaje
para vernos a Roberto.
Terminamos de
coger y se acomoda para dormir.
Quiero que se
vaya, necesito aire.
La cagué
cogiendo con Roberto.
Le estoy dando
un mensaje re erróneo. Y encima ahora tengo más ganas de verlo a Humberto.
Agarro un libro
y veo que Roberto revisa su celular y pone cara de culo.
“¿Qué te
pasa, por qué tenés esa cara?”
Me irrita la
cara de culo de Roberto. ME SEPARÉ POR ESA CARA.
“Nada ¿qué
cara?”
“Esa cara
Roberto tenés cara”
“No mi amor, no
tengo cara, no pasa nada”
¡¿MI AMOR?!
¿¿WHAT?? SOY UNA PELOTUDA.
“Dale Roberto
¿qué te pasa?”
“Nada boluda,
justo te iba a contar que discutí otra vez con el productor de la película” Ay
dios mío este pibe me deprime y necesito des-deprimirme.
Llora. AH NO LO
QUE FALTABA.
Habla del
festival de no sé dónde llorisqueando, como si fuera importante.
Era obvio que no
tenía que llamarlo. No me interesa nada de lo que me está contando.
ESTÁS DEPRESIVO
DE NUEVO ROBERTO LA CONCHA DE TU MADRE.
Se lo digo, ya
fue, necesito cortar esto.
“¿Por qué no vas
a terapia y te dejás de joder? Sos TN TODO NEGATIVO boludo. Dejate de joder el
tema no es el festival, el tema es tu depresión”
Ya fue, que se
curta.
Llora. “No,
terapia no. Me parece que voy a hacer lo que me dijo mi viejo. En Córdoba hay
un chamán re groso, capaz me lo presenta y hago lo de la ayahuasca”
“¡Ni se te
ocurra hacer lo de la ayahuasca en este estado! ¿Mirá si te da un brote,
boludo?”
Al pedo lo
llamé. Ahora ya estoy preocupada por él.
“No boluda, no
pasa nada, vení”
Me agarra para
coger y lo saco porque ya me bajó la libido.
Lo sigo
escuchando pero con un oído porque en el otro tengo los auriculares y YouTube
en un compilado de escenas de Meredith y Mc Dreamy.
Pero Roberto me
va interrumpiendo los diálogos con su catarsis.
Que se siente
una mierda, que siente que nadie lo ayuda.
Necesito poner
palo santo.
Se hace de día y
Roberto se levanta para irse. No durmió y va a ir al asado que tiene sin
dormir.
Me acuesto.
Me dejó
cargadísima, no me voy a poder dormir.
Es como si con
su comportamiento me estuviera obligando a llamar a Humberto.
Agarro el
teléfono y miro el nombre de Humberto en Contactos.
Basta boluda,
dejá el teléfono ahí.
Pongo pausa en
Greys Anatomy y pongo la tele.
Canal
Europeo.
Engancho una con
mucho drama que ya vi.
Por suerte la
protagonista está muy enferma y al final se muere. Bien, así lloro mucho y sale
todo.
Paso una hora y
media llorando pero la bronca no se me va.
Miro el celular.
Dale boluda, no
lo llames. ¿Qué sentido tiene? Cero sentido.
¿Qué vas a
solucionar con esto? Nada vas a solucionar, vas a ir, vas a coger, vas a
inhibirte, no vas a acabar, vas a volver y la vida va a seguir siendo una
mierda igual, o peor porque encima vas a estar frustrada porque no acabaste con
Humberto.
Me duermo. Sueño
con él. En el sueño nos damos un beso en un ascensor y nos hablamos con la
mente.
Me despierto y
agarro el celular:
Le escribo:
"¿Cómo andas?"
Pasa medio
segundo y me vibra.
“¿Cómo va?”
“¿Tas por
Caballito?”
Quiero ir a
Caballito por media hora y sacarme la bronca.
“Venite,
dale”
“En media hora
estoy por allá”
Le miento porque
todavía me tengo que bañar, cambiar y tomarme un taxi.
No me importa
nada hoy.
Creo que ni
quiero acabar, solo quiero sacarme la mala onda que me dejó el pelotudo de
Roberto. Me parece que me ojeó. Lo odio. No lo tengo que llamar más.
Tengo que
buscarme un novio urgente. O un garche más o menos fijo.
Cuando vuelva a
casa me pego un papelito en el escritorio que diga ‘No coger con ex novios’ así
lo repito como mantra.
Me llega mensaje
de Humberto: “Ya estoy en la oficina de mi amigo”
Seguramente su
mujer está en la casa, con el bebé. Dándole la teta. Por eso ahora tenemos que
ir al estudio del amigo.
¿Le gustará a
Humberto ver a su mujer amamantando al hijo o le bajará la libido?
¿La quiere? Sí
boluda la quiere ¿cómo no la va a querer?.
No quiero pensar
más en su mujer pero no dejo de imaginármela desnuda.
Dando la teta,
pero desnuda. En sábanas blancas. Re flaca. Seguro no le quedó ni panza.
¿Humberto será
cariñoso con ella? ¿Le dirá chuchi / chuni / pipi? ¿O le dirá por el nombre? ¿Y
al hijo lo querrá?
¿¡COMO NO LO VA
A QUERER?!
Bueno no sé,
capaz lo vive con presión, como si fuera una carga.
Capaz se
engancha con el pibe recién cuando tiene 10 años y ya puede jugar al fútbol o
tocar el piano, hacer algo útil.
Capaz fueron re
fríos sus padres con él y por eso él es un padre frío.
Llego y le mando
un mensaje “Estoy abajo”
Baja. No nos
saludamos. Subimos callados.
Entramos a la
oficina del amigo y cierra la puerta con llave.
Me quedo parada
con el saco puesto, el bolso, todo.
Dura. Fría.
Nada, no hago movimiento.
Se acerca él, me
da un beso en el cuello y de golpe estamos chapando violentamente. Desaforados.
Pasan dos
minutos de estar así y me quiere sacar la ropa.
“Estoy ovulando”
Es mentira, pero
no quiero coger y no acabar.
Ni freakearme
con que si se rompió el forro y el posible embarazo. ¿Mirá si tengo un
hermanito de su reciente hijo?
Me chupa la
boca, el cuello y todo el cuerpo.
Pierdo la
voluntad.
Veo que se pone
forro y en vez de sostener mi mentira le digo “Dos segundos y nada más”
No me
responde.
Cogemos un
segundo pero lo saco.
“Dale boludo,
estoy ovulando”
Luchamos pero al
final me impongo.
Pasan 5 minutos
de chape violento combinado con mi mano en su pito y de golpe acaba.
Qué bajón igual
todo esto. ¿Cuándo vamos a salir de este círculo rarísimo con Humberto?
Me chupan un
huevo Roberto y Juan Cruz y todos menos Humberto.
No sé si estoy
bien o mal. Siento desazón.
Siento que entre
Humberto y yo pasa algo, no sé qué, pero algo pasa.
Tengo el cerebro
desordenado.
No tengo idea de
qué es esto que tenemos y ni lo pregunto porque sé que Humberto no va a decirme
nada.
Se incorpora y
se viste en un minuto. Yo estoy muda y agarro la ropa que quedó
desparramada.
Estoy como
lenta. No solucioné nada y me parece que me confundí más.
Hoy no hablamos
una sola palabra más que mis dos o tres ‘estoy ovulando’
Ni ‘hola’, ni
‘vamos al sillón’ o al piso. Nada.
Estamos
callados.
De golpe
mientras se pone la camisa dice “Lo nuestro es cada vez más freak”
PFFFFFFFF
¿PERDÁAAAAAN?
¿Qué? ¿Cómo?
¿¿¿¿¿QUEEE??????¿LO NUESTRO?
¡¿Humberto
piensa que existe un ‘LO NUESTRO’?!
O sea que
mientras yo estaba haciéndome esas preguntas su mente me escuchó.
Esto es
telepatía.
No sé si
alegrarme o aprovechar y preguntarle qué piensa acerca de LO NUESTRO pero me
quedo dura, no tengo reacción.
¿Querés que
hablemos? ¿¿Necesitás que definamos ‘lo nuestro’??
De golpe sin
pensar digo: "Sí, justamente ESO es lo que más me gusta”
Se sonríe y me
dice "Sí bueno, pero"
"Aparte sos
muy freak NO TE HAGÁS EL NORMAL"
Se ríe.
No tengo idea de
qué carajo estamos diciendo.
“Tengo que salir
rajando a otra reunión”
¿OTRA reunión?
Lo de recién no fue una reunión, eh.
Es obvio que se
va a ver con la amante número 2.
Tiene zapatillas
de gimnasio, no va a ninguna puta reunión de trabajo.
Va al
baño.
Veo una birome
en el suelo, la levanto y me la meto en la cartera.
Caminamos hasta
la puerta y veo 3 monedas de un peso arriba del recibidor. Las agarro y me las
guardo en el bolsillo.
Salimos.
Me parece que
‘lo nuestro’ me reseteó.
No siento enojo
ni depresión.
O sea, él piensa
en que tenemos ‘algo’
O sea ¡¿piensa
en mí?!
O sea ¿¡estuvo
preguntándose acerca de ‘la relación’?!
Salimos a la
calle. Mira para adelante, no me mira, pero caminamos juntos y frena en donde
está estacionado su auto.
Desactiva la
alarma y subimos. Arranca.
Quiero tener una
conversación normal pero no paro de pensar en LO NUESTRO. Y en que según él, lo
nuestro es FREAK.
No hablamos.
Mira para adelante y yo para el costado. Cada tanto lo miro y no me mira.
De golpe me dice
“Te dejo en la esquina ¿dale? Que tengo que seguir derecho”
“Dale, si si
está bien”
Abro la puerta y
le digo “Chau”
“Chau querida”